lunes, 22 de febrero de 2010
Piel quemada
Piel quemada.
.
.Hierro maldito que marca el destino,
de tierras de hambre y miseria, enfermas,
sembradas con sales de guerras yermas,
dios del buen reparto, aquí no intervino.
Almas quemadas de labios salinos,
huesos de plata flotando de miedo,
unos gritando ¡tierra!, con el dedo,
los otros llorando, en fondos marinos.
Te pregunto a ti, Diosa de la vida,
de cumbres nevadas, verdes praderas,
desiertos de fuego y mares eternos,
Mira mis ojos y dime atrevida:
más amas a quien te llega en patera,
o al que sin querer, del útero materno?.
Uno de los inconvenientes que me encuentro al no usar ciertos prefijos, es la necesitad de plantearme constantemente cosas que parecen simples y obvias, con el esfuerzo que supone a veces el darle la vuelta a unos trajes guardados impolutos, perfectamente planchados y almidonados en el ropero de nuestra cómoda y próspera sociedad.
Tal vez yo mismo sea …un inmigrante más.
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tal vez, todos seamos inmigrantes involuntarios de este planeta.
ResponderEliminar...
ResponderEliminarRecien salido del horno.
ResponderEliminarMe gusta, voy a empezar a leerte ...ya mismo.
Despues seguro, me espera una buena digestión.
Cuenta con una nueva lectora.
Caracol: mientras me dure la piscina, el café, y la cerveza, espero poder continuar atando pensamientos sueltos y darles un sentido distinto al de los telediarios.
ResponderEliminarGracias por tu interés.