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.Soy poeta de barrio,
de arrugadas montañas,
de sendas preñadas,
de verdes perfumes,
de cien dudas eternas,
de mil metros braza,
de guardar el instante
en que le siso al viento
palabras que destilan unas gotitas
de sentimiento.
de arrugadas montañas,
de sendas preñadas,
de verdes perfumes,
de cien dudas eternas,
de mil metros braza,
de guardar el instante
en que le siso al viento
palabras que destilan unas gotitas
de sentimiento.
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Soy poeta de pequeñas calas,
de arenas blancas, ojos turquesas,
quietas, calladas, dormidas,
de aguas saladas y frías
que espantan letargos
despiertan vidas.
Soy poeta de pequeñas calas,
de arenas blancas, ojos turquesas,
quietas, calladas, dormidas,
de aguas saladas y frías
que espantan letargos
despiertan vidas.
.Soy poeta de a dos ruedas,
sereno pintor de caminos,
riego de sudor las cunetas,
ocultas de aliagas y pinos.
Parloteo a veces con amigos,
de cervezas, retos, alegrías, misterios …
y silbo por responder los trinos,
de las aves que otean mi destino,
pero callo apenitas el viento,
me ordena a los olmos guardar silencio.
sereno pintor de caminos,
riego de sudor las cunetas,
ocultas de aliagas y pinos.
Parloteo a veces con amigos,
de cervezas, retos, alegrías, misterios …
y silbo por responder los trinos,
de las aves que otean mi destino,
pero callo apenitas el viento,
me ordena a los olmos guardar silencio.
me.Soy poeta sin casi miedos,
bebo mi vida a pequeños sorbos,
por no derrramar ni una sola gota,
mojo mis labios todo lo que puedo.
Vengo marcado de lides y batallas,
algunas perdidas, todas ellas ganadas,
me retiro a un prado de versos y helechos,
herido, mas con merecido derecho,
de mantenerle un minuto
un pulso de miradas a la muerte,
amiga generosa, que cada mañanita me ofrece
un sol amarillo y un panecillo de leche
relleno de lo que encuentre.
bebo mi vida a pequeños sorbos,
por no derrramar ni una sola gota,
mojo mis labios todo lo que puedo.
Vengo marcado de lides y batallas,
algunas perdidas, todas ellas ganadas,
me retiro a un prado de versos y helechos,
herido, mas con merecido derecho,
de mantenerle un minuto
un pulso de miradas a la muerte,
amiga generosa, que cada mañanita me ofrece
un sol amarillo y un panecillo de leche
relleno de lo que encuentre.
"un sol amarillo y un panecillo de leche
ResponderEliminarrelleno de lo que encuentre"
en los prados, el bosque y los caminos:
moras negras
fresas silvestres
ricos arándanos
o, simplemente,
unas gotas frescas de rocío.