domingo, 22 de mayo de 2011
Carril de reflexión
Alguien me puso un carril bici desde mi casa hasta la mesa electoral donde tenía la posibilidad de votar. Seguramente pensaron que sería la única manera de hacerme levantar del sillón y poder así obtener mi voto. Pero me pregunto...tanta molestia por un solo voto, seguro que la mayoría de la gente va a votar en coche, o en moto, o en quad, o incluso caminando si el colegio electoral está al girar la esquina. En cualquier caso, me regalaron dos placenteras horas que las utilicé como carril de reflexión, mientras pedaleaba pensaba las alternativas que tenía, los programas electorales que desconocía, la lista de imputados con casos pendientes en los tribunales de políticos que seguían activos bajo el silencio de sus partidos, los millones de personas que no tenían un trabajo con el que llevar un sueldo a su casa, los miles de personas hartas de tanta mentira bipartidista con la que tratan de atrapar el máximo de víctimas una vez cada cuatro años...
Reflexioné...
y voté, sin saber si lo hacía al que me había regalado un carril bici o no. Que más da. Las urnas son tan grisáceas. De regreso volvi a sentir los colores y el calor de la vida, esos que nunca mienten.
sábado, 14 de mayo de 2011
Me azotó una pesadilla...
...los hielos se fundían,
las aves ya no vuelan,
televisores que mentían,
gente necia que cojea,
ante Dios ofrecían sus muletas,
como armas de pelea,
en un planeta que ardía,
de injusticia y de riqueza.
Maquillajes quita-penas,
tabacos que amarillean,
cerezas en diciembre,
y también en primavera,
Lanzaderas de la ciencia,
propulsadas por vergüenza,
coches por las aceras,
que alardean y no frenan.
Juventud que se desangra,
con ofertas por sus venas,
callados, bajaban su mirada,
ante estatuas que vociferan,
historias de falsas promesas,
mientras textos virtuosos,
enmohecían bibliotecas.
A tener mucho, enseñaban,
y a usar poco la cabeza,
si parabas un momento,
cuidado!, te cerraban la tienda.
Los ríos se desecan,
las nubes aprisa, como gacelas,
las estrellas perplejas,
ante los que no se sinceran,
ni con su propia perra,
y de lejos nos observaban,
con las manos en la cabeza.
Los pensamientos eran gritos,
ahogados en barreños de tristeza,
lamentos que sin filo, flotaban
sobre mares de pereza,
con cientos de botes en la niebla,
de familias subidas enteras,
a la deriva dejados,
sin mapa, remos, ni siquiera velas.
Será el orujo, el vino añejo
que tomé o la cerveza,
pero ayer tuve un mal sueño,
de amargura y de pena,
abrazado a mi almohada
desperté buscando una idea,
si no tuviera quien me amara,
pediría por favor, me tragara la Tierra.
las aves ya no vuelan,
televisores que mentían,
gente necia que cojea,
ante Dios ofrecían sus muletas,
como armas de pelea,
en un planeta que ardía,
de injusticia y de riqueza.
Maquillajes quita-penas,
tabacos que amarillean,
cerezas en diciembre,
y también en primavera,
Lanzaderas de la ciencia,
propulsadas por vergüenza,
coches por las aceras,
que alardean y no frenan.
Juventud que se desangra,
con ofertas por sus venas,
callados, bajaban su mirada,
ante estatuas que vociferan,
historias de falsas promesas,
mientras textos virtuosos,
enmohecían bibliotecas.
A tener mucho, enseñaban,
y a usar poco la cabeza,
si parabas un momento,
cuidado!, te cerraban la tienda.
Los ríos se desecan,
las nubes aprisa, como gacelas,
las estrellas perplejas,
ante los que no se sinceran,
ni con su propia perra,
y de lejos nos observaban,
con las manos en la cabeza.
Los pensamientos eran gritos,
ahogados en barreños de tristeza,
lamentos que sin filo, flotaban
sobre mares de pereza,
con cientos de botes en la niebla,
de familias subidas enteras,
a la deriva dejados,
sin mapa, remos, ni siquiera velas.
Será el orujo, el vino añejo
que tomé o la cerveza,
pero ayer tuve un mal sueño,
de amargura y de pena,
abrazado a mi almohada
desperté buscando una idea,
si no tuviera quien me amara,
pediría por favor, me tragara la Tierra.
viernes, 6 de mayo de 2011
Hace años tuve un sueño...
...el mar ocupaba los cielos,
olas terribles se batían en duelo,
vertiendo gotas inertes,
abandonadas al azar de un viento,
que invertía su gravedad,
a cambio de bajarlas con placer y cuidado,
sobre una tierra de brazos podados,
manchada de casas sin tejados,
cosida con hebras de asfalto,
y sobre una rosa que callada latía,
abriendo sus pétalos aún plastificados,
a la vida que poco a poco empapaba,
antiguos aromas, entre sombras olvidados,
sonidos puros, por prisas soterrados,
suaves colores, por la lluvia atemperados,
esfuerzo libre que moldea sin hacer daño,
y mi corazón de barro, se deshacía,
mis ojos turbios, dos pozos de alegría,
mis ojos turbios, dos pozos de alegría,
por pedirme tan sólo, que fuera a su lado.
En muy pocas ocasiones los sueños se hacen realidad. Esta fue una de ellas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)