ola de sal que lame en silencio,
el llanto del recién parido,
que a remos de la oscuridad,
levanta su mantilla perforada,
de misterio y divinidad,
y se nutre de las ubres,
de maternas nubes,
de ríos de piedra,
y cantos de aves,
de playas de arena,
rocas dispuestas,
bosques de viento,
y mares de versos,
prados desnudos,
desiertos de fuego,
y avanza indiferente,
sobre francas sonrisas,
y montañas de prisas,
adosados bajos,
y putas de naranjos,
ramos de estambres,
y sepulcros de hambre,
caricias de amor y besos,
y cunetas con huesos,
promesas sinceras,
y llantos de pena,
banderas que ondean,
sopladas sin vergüenza,
plegarias a miles remites,
y un único destino,
cerrado, si me lo permites,
por no ser lo bastante divino.
Cede la criatura y se enfría,
¿indiferente?, desconcertada,
¿alegre?, deshonrada,
muere un nuevo día.
¿indiferente?, desconcertada,
¿alegre?, deshonrada,
muere un nuevo día.
Original manera de poetizar un día que empezó con toda la fuerza y se va a dormir agotado por el esfuerzo.Viajó todas las etapas en sus versos.
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ResponderEliminarSaludos David
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