…y es en ese momento cuando sientes la fragilidad de la tierra bajo tus pies, donde incluso el suave aleteo de dos ángeles pueden dejar sus huellas para la eternidad...
...o la imposibilidad de captar, retener y comerciar con las moléculas de la felicidad, que como veloces y caprichosos electrones, sólo se dejan sentir cruzando tu corazón cuando cierras los ojos, apagas la cámara, respiras despacio y abres tu alma de par en par...
...o la quimera de perseguir cumbres vírgenes por pisar, prados verdes por estrenar, tortuosos senderos por cabalgar, ...sólo quedan unos pocos, al otro lado del río Snake, donde sólo tu mente te puede llevar.
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