martes, 27 de abril de 2010

20 años de recuerdos

20 años de recuerdos.


Libre me dejas, a medio camino,
qué pronto marchas!, ¿acaso te esperan?.
Veo mis manos hundidas que lloran,
en tu pecho por reanimarte el destino.

Dignos amaneceres imagino,
que a tu corazón y arterias alegran,
suturando heridas que cierran,
y dispersan humeantes torbellinos.

Por vicio te fumas las blancas nubes,
mostrando cómo tu vida se agrieta,
como unos zapatos nuevos ¿tanto te aprietan?,
descalzo, a doblar tu campana, subes.

Que leas estos versos no me inquieta,
¿ recuerdas la chica, que de cerca viste
la noche del día que te fuiste ?.
Es la madre de la mitad de tus nietas.

Dos florecillas mecidas sin dueño,
que ríen canciones, surcan piscinas,
saltan combas, escalan colinas,
duermen de noche cubiertas de sueño.

Deporte, amigos, trabajo y firmeza,
vistieron la libertad que me ofreciste,
y observando tu ejemplo que bien diste,
acabó por gustarme la cerveza.

Quisiera, si algún día verte de nuevo puedo,
decirte que voy en bici, ¿te sorprende?
que nado ríos y subo sendas con nieve.

Sin reproches, sin preguntas, sin miedo,
siempre de los padres uno aprende,
incluso lo que hacer no se debe.

.
.
.Sin embargo las más importantes, nos las enseñan con sus silencios, sus prisas, sus miedos, sus dudas, sus carencias.

Los padres nos enseñan muchas cosas. Unas nos las dicen. Otras nos las muestran con su ejemplo.
.
Eran, son y serán siempre otros tiempos.
.
Hoy, trato de imaginar qué cosas olvidaré compartir con mis hijas.
.
Cómo desearía poder recordar el momento en que se tomó la fotografía.

martes, 20 de abril de 2010

Momentos mágicos

Descubrí la primavera una fría y húmeda mañana de marzo. La encontré al final de una bajada, escondida dentro de un campo de almendros, cerca del Castillo de Miravet. Pude escuchar cómo planeaba en breve su avance y reconquista de las tierras cercanas.


Al fondo de la imagen, existe un camino lleno de piedras, a lomos de una cresta, por el cual todo aquel que lo desciende, puede observar, abajo a su derecha la Rambla de la Viuda como una gran anaconda que serpentea en dirección al mar, a la izquierda el espinazo de un gran monstruo dormido llamado Sierra de Irta, y si tienes tiempo de mirar al frente, las Columbretes cierran un pedazo de mar convirtiéndolo en la parte poco profunda de una inmensa piscina.

Casi pude tocar los sentimientos que flotaban en el aire en el momento de disparar la foto, ...tranquilidad, amistad , satisfacción, alegría, naturaleza, serenidad, silencio, diversión, paz.


martes, 13 de abril de 2010

Tus ojos.



Partía de casa con la certeza,
de poder pintar su dulce sonrisa,
calcar la luz de sus ojos, sin prisa,
reflejadas por la naturaleza.

Su magia busqué en noches alumbradas,
de hogueras prendidas por viejos sabios,
en lejanas playas, por tiernos labios
de espuma blanca de mar, besadas.

Echado en alfombras de miel y trigo,
al cielo rogué su azul y amarillo,
deseando rozar el divino brillo,
que me apresa si su mirada persigo.

En rojos atardeceres, de fuegos
artificiales que el sol estallaba,
sobre olas que la brisa peinaba,
al salino deleite de mi sosiego.

Fracasado al fin, por tratar de medir,
dunas con la curva de sus mejillas,
meandros con el compás de sus cejillas,
manantiales con su limpio sonreír.

Regreso de tierras aún por descubrir,
soñadas por dioses que casi he visto,
mas ya, de buscar quimeras desisto,
gozando el momento, de verla vivir.

.
.

miércoles, 7 de abril de 2010

Arreglando el mundo




Érase una vez un padre de familia con un trabajo al que dedicaba muchas horas llegando siempre tarde a casa. Su hijo celebraba al día siguiente su séptimo cumpleaños, y su madre le preparó una fiesta en casa para él y sus amigos. El niño le preguntó a su padre si llegaría temprano al día siguiente para poder estar en la fiesta. El padre por supuesto, le prometió que así lo haría. Pero al día siguiente, nuevamente tenía tanto trabajo que se obligó a llevarse consigo un montón de papeles con la idea de continuar en casa.
Al verlo llegar, su hijo se puso muy contento, aunque poco le duró la alegría pues el padre le dijo que antes de estar con él necesitaría unas horas en su despacho. El niño le dijo enfadado que esto no era lo prometido. El padre, viendo que su hijo insistía, le propuso algo que le permitiría estar tranquilo y terminar con su trabajo. Encontró una revista cuya portada era un mapamundi con todos los países. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de celo se lo entregó a su hijo diciendo:
-Como sé que te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo roto para que lo repares sin ayuda de nadie. Cuando me lo traigas reparado me uniré a tu fiesta.
El padre calculó que al pequeño, sin el conocimiento suficiente en geografía, le costaría varias horas recomponer el mapa, pero no fue así. Pasados unos minutos escuchó la voz del niño que lo llamaba:
-Papá, papá, ya lo he terminado!.
Al principio el padre no le creyó. Pensó que sería imposible que a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes, pero para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz de hacerlo? De esta manera el padre preguntó con asombro a su hijo:
-Hijo, tú no sabías cómo era el mundo ¿cómo lo has conseguido?
El niño respondió:
-Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado había dibujada la figura de un hombre. Así que di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.
El padre no tuvo más remedio que dejar su trabajo y acompañar a su hijo a participar en los juegos de la fiesta.


A veces a problemas aparentemente sin solución, si les damos la vuelta y los miramos desde otra perspectiva, tal vez podremos encontrarles una. Siempre existe una forma de resolver las cosas.

Dentro del frasco de mayonesa, en primer lugar hay que meter las pelotas de golf, después las canicas y por último la arena. Jugar con tu hijo es una pelota de golf.

No podemos pretender solucionar los problemas del mundo sin antes arreglar el interior de cada una de las personas que lo componen.