Momentos mágicos
Descubrí la primavera una fría y húmeda mañana de marzo. La encontré al final de una bajada, escondida dentro de un campo de almendros, cerca del Castillo de Miravet. Pude escuchar cómo planeaba en breve su avance y reconquista de las tierras cercanas. Al fondo de la imagen, existe un camino lleno de piedras, a lomos de una cresta, por el cual todo aquel que lo desciende, puede observar, abajo a su derecha la Rambla de la Viuda como una gran anaconda que serpentea en dirección al mar, a la izquierda el espinazo de un gran monstruo dormido llamado Sierra de Irta, y si tienes tiempo de mirar al frente, las Columbretes cierran un pedazo de mar convirtiéndolo en la parte poco profunda de una inmensa piscina.
Casi pude tocar los sentimientos que flotaban en el aire en el momento de disparar la foto, ...tranquilidad, amistad , satisfacción, alegría, naturaleza, serenidad, silencio, diversión, paz.
Todo este conjunto de sensaciones me recuerdan a un siddhartha, un siddhartha que me imagino en bici en lugar de andando, un siddhartha que únicamente ha cambiado el medio de locomoción, un siddhartha con la misma profundidad, un siddhartha simplemente diferente.
ResponderEliminarYa sabes que siempre me han gustado tus acuarelas. La primera es muy bonita porque no chirría ningún color y toda la gama está en profunda armonía. Un abrazo.
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