… por eso con nubes bajas, la alimento,
y jarabe de lluvia que resbala en mi cara,
alegres pisadas chapoteando el silencio,
de olores tan frescos como la madrugada,
y no le permito que opine del tiempo,
sin atravesar conmigo la propia borrasca,
y le tengo prohibido tener miedo,
a que se ablande un poco su dura coraza.
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