viernes, 30 de marzo de 2012

Metáfora.



At the point where language falls away                           En el punto en que el lenguaje cae
from the hot bones, at the point                                     de los huesos calientes, ese momento
where the rock breaks open and darkness                     en que la roca se abre y la tiniebla
flows out of it like blood, at                                           fluye como sangre, en
the melting point of granite                                           el punto en el que el granito se derrite,
when the bones know                                                 cuando los huesos saben
they are hollow & the word                                          que están huecos y la palabra
splits & doubles & speaks                                            se parte y se dobla y dice
the truth & the body                                                     la verdad y el cuerpo
itself bocome a mouth.                                                  mismo se vuelve boca.

This is a metaphor.                                                       Esto es una metáfora.  



Poema extraído del libro Historias Reales de Margaret Atwood.




miércoles, 28 de marzo de 2012

Astros de ciudad.




Pacen mis astros lechosos,
atados a farolas de ciudad,
devoran sus cuellos brumosos,
neones de la modernidad,
se acercaron en demasía,
perdieron su ferocidad,
cuando en las noches de Cartago,
bajaron curiosos a observar,
doncellas en fuentes mojadas,
desafiando su verticalidad,
que ondeaban sus cuerpos en verso,
sin apenas saber hablar,
caderas en cuarto creciente,
labios por desenredar,
dibujaban olas sus manos,
que saltaban del aire a la mar,
trazaban elipses sus senos,
siguiendo la estrella fugaz,
flotaban sus bocas en besos,
como exentos de gravedad,
y por tibios rayos de luna,
se dejaron broncear,
y sobre la brisa leían poemas,
de la aurora boreal.

Pacen mis astros las calles,
como rebaño a perpetuidad,
pacen despacio las noches,
como dejados domesticar.








jueves, 22 de marzo de 2012

Tal vez sea yo el culpable...




...pues dicen que sin consumo,
el mundo se paraliza,
dejan las tardes de ser amables,
crecen los impuestos, las injusticias,
familias enteras sin empleo,
salarios congelados, colegios que se enfrían,
un voraz torbellino que sólo se sacia,
con los vicios del pasado,
tener mucho más de lo necesario,
y es que hace ya algún tiempo,
le devolví a los bancos todas sus tarjetas,
utilicé las escaleras,
recordando tener piernas,
mi esfuerzo y algo gris en la cabeza,
favorecido eso sí, por vivir en un tercero,
no permití que nadie me robara,
la capacidad innata,
que todos llevamos dentro,
y compré lo justo y necesario,
para pasar los inviernos,
y superar con decoro el verano,
metí el coche en el trastero,
engrasé mi bicicleta,
mientras subían sin piedad,
el petróleo y la falta de vergüenza,
y pedaleando hacia el trabajo,
ayudaba a nacer las madrugadas,
arrullando como hiciera con mis hijas,
susurrándole al rocío en su oreja,
que prefiero el silencio, a las malas noticias,
la fría estepa, al calor de supermercado,
el olor de los libros al perfume de moda,
la lluvia en el rostro, al baño que adormece,
el sol que asoma efervescente a las mejores ofertas,
asomarme al precipicio, a adorar figuras de yeso,
aullarle a la luna, a guardar las maneras,
mi sangre al galope, a pagar por un beso,
llevar la tierra húmeda, como mi única bandera,
dejarme arañar por tupidas sendas,
dejarme sanar por la sal de la mar y el romero,
que mi carne es dura, amarga y no sirve,
ni para llevar corbatas, ni cadenas,
ni alimentar respetables fieras.








jueves, 15 de marzo de 2012

El peso de mis sueños.


Por el metal de tus sueños,
te hablaré de tus cadenas,
con el tamaño de tus celos,
mediré la sombra de tus penas,
con la certeza de tu verbo,
te abriré preguntas nuevas,
y sabré del origen de tus pasos,
y el destino que les espera,
por la fuerza de tu rozamiento.











Busqué un sueño que flotara conmigo al cruzar un río,
que no molestara llevarlo atado a mi bicicleta,
y fuera ligero como la brisa que acaricio,
casi no ocupara espacio en la mochila,
tan frágil que si lo pierdo,
lo sustituyo por otro más bello,
y exhala libertad que no obliga,
y duerme a mi lado en el suelo,
lo hallo junto a montes que me cobijan,
mientras disfruto del aroma de un libro,
desde un mirador de paz y sosiego,
madurando la tarde pendida de un hilo,
de un cielo engalanado por miles de trinos,
ocultos testigos entre letras y nidos,
de la gradual y muda oscurecida,
del gran teatro que cierra sus puertas,
sube el telón, manda silencio,
comienza un nuevo acto de vida.





miércoles, 7 de marzo de 2012

Un pequeño museo.





-¿En qué piensas?

-Estaba mirando esos cuadros de la pared, es como si tuvieran vida propia, como si su luz me contara historias de cada una de sus casas, de la orientación de sus ventanas, de cómo envejecen sus tejas, de la posición de sus antenas, de los remiendos contra el agua, de lo poco que las miman pese a lo mucho que las quieren,... y un poco también, de cómo son sus gentes.

-¿No te tomas la cerveza?