lunes, 10 de junio de 2013

Irta, ......Vita, ......Vida.




Hace años que noto me vienes visitando. Prefieres el verano tardío y la alta primavera, aunque siempre lo haces en silencio, como si no fueras de estas tierras, llegas de lejos, fatigado, con tu bicicleta, conducido por las playas, atravesando llanuras y praderas. Te abrazas a tu familia, les ayudas a montar la tienda y apuestas con tus hijas hasta la piscina quien gana la carrera. Al amanecer, te vistes sin hacer ruido, abres despacio la cremallera, la cierras, mirando a tus queridas que duermen arropadas por el rumor de la marea y el canto de algunas aves matineras, y sales a recorrerme, con agua en la mochila y tus sentidos bien alerta, como si fueras aquel niño en su primer día de feria, como buscando un tesoro, un extraño brillo, un contraste de tonalidades, un soplo de pinos verdes a la marinera, desde las calas azules, a los bosques más espesos, trepas mi cumbres, recoges con respeto el hilo de mis sendas, te sumerges entre rocas y olas que te golpean hasta caer exhausto y feliz sobre mis arenas. Por todo ello, por tu insistencia, a lo que andas buscando tanto tiempo, voy a darte una respuesta.











No poseo tesoro alguno, ni hay secreto en mi belleza, ni comprender semejante enigma,
es privilegio de mendigos, sabios o poetas, ni requiere ser experto, ni estar lleno de la fe que a veces ciega.


Tan solo soy el regalo que a tus hijas les ofreces diciéndoles que no se entretengan, que lo abran más aprisa, que rompan el papel de cualquier manera y una vez abierto, vaya!, sorpresa! adentro no había nada, y me dejas sola, llorando con mis piezas.



No sabrás gozar del premio,
si lo expresas como meta,
no sabrás captar la esencia,
sin sentirte parte de ella,
despreciando el envoltorio,
vivirás sin darte cuenta,
no serás más que un pedazo,
sin mostrar delicadeza.





Fotos del Parque Natural Sierra de Irta.



jueves, 6 de junio de 2013