lunes, 29 de marzo de 2010

El sueño de un ángel


27 de marzo, un ángel dormía en Riumar.

Entre nubes y en patín de fuego,
fiando tu suerte a la del gran río,
apenado, dejas tu caserío
y a tu familia, con un hasta luego.

Corazón y piernas dejando huellas,
bebes de limpias y alegres fuentes
del camino, luego, de noche duermes,
cubierto en manto bordado de estrellas.

Anocheces en mar dulcesalda,
soñando en estuario de mil reflejos,
mochila y destino, siempre contigo.

Seis días de esfuerzo y como si nada,
llegas al barrio, desde muy lejos,
me preguntas si quiero ser tu amigo.

Tu alma de aventuras plateada,
tus ojos brillantes como espejos,
buscan a tu esfuerzo, un testigo.

Unas verdes…y añoras tu morada,
nos dejas ilusión, cariño y reflejos,
de retos aún, por compartir contigo.
.
.
.


Ahora hace un año que nos visitó un ángel.De los de verdad, de los que regalan sentimientos.
No traía alas, sólo patinaba.
No bajó del cielo, mas sí de cumbres nubladas.
Nada predicaba, todo lo escuchaba.
Nada pretendía, sólo compartir unas cervezas heladas.
Nada ostentaba, sólo su sencillez lo acompañaba.
Nada consigo llevaba y sin avisar, de pura libertad nos llenaba.



Suso, cuando llegaste al barrio y nos levantastes de nuestros cómodos sillones, nos diste una lección de humildad y sencillez que jamás olvidaremos.
Con muy poquitas cosas y mucha ilusión, uno pesa menos, se siente mucho más libre y feliz.

jueves, 25 de marzo de 2010

Sin miedo a vivir.


Sin miedo a vivir.


Un buen día naces sin tu permiso,
y creces en umbríos patios diminutos,
sitiados muros con cristales rotos,
protegen de asaltos tu paraíso.

Preciosa cárcel forrada en diamantes,
con piscina, squash y pista de pádel,
sumisas flores de oferta, esconden,
frías y enhiestas forjas apresantes.

Cuando aún no razonas, solo zozobras,
tupidos y hoscos cristianos mantos,
cubren y ahogan tus más íntimos llantos,
blandiendo de lejos placeres y obras.

Tristes corazas para lluvia y viento,
danzan tus huesos al son de la moda,
suaves esencias a selva expoliada,
amordazan hostiles pensamientos.

Grasientas caretas, líneas precisas,
por simientes y aceites ungidas,
para saludar las mañanas, impedidas,
incapaces de pintarte sonrisas.

Patrias fronteras lava-conciencias,
defienden lujosos TV programas
basura, untados de ajenos dramas,
que sugieren ...calla y danos las gracias!


pero un buen día…


Salté la verja, otra vida me acogía,
de espliego, tierra y viento perfumada,
sobre amarillentos campos de sol.

Como una brizna, que la brisa mecía,
ora duermo en alcoba estrellada,
ora sigo el camino del girasol.

La noche, misteriosa me ofrecía,
por llegar sano, junto a mis amadas,
de la luna suspendido su farol.

Mi mochila, de lamentos vacía,
de belleza y sorpresas llenada,
brinda chupitos de rutas sin alcohol.

Dueño de mi vida, la que renacía,
oye a mi alma, en lluvia empapada,
-Quiero vivir hasta perder el control.



Mientras escribía, tenía de fondo la canción de los Secretos. La edad, me hizo retocarle una palabra y resultó que le estaba dando sentido a mi vida.

lunes, 22 de marzo de 2010

Cuaderno de hojas blancas.





Los que poco sabemos, poco conocemos y poco hemos vivido, somos realmente muy afortunados, pues tenemos la posibilidad de salir de casa con un cuaderno nuevo de hojas blancas en el que dibujar las maravillosas experiencias y sensaciones que nos ofrece la naturaleza en sus más variados rincones.

Lugares distintos, cada día que los visitamos y distintos para cada caminante que los contempla.

Aunque no pueda comprender el sentido de su belleza, sí entiendo la necesidad de que cuando yo ya no esté frente a ellos, otros puedan pintar, como yo lo hago ahora, sus emociones en sus blancos cuadernos.



martes, 16 de marzo de 2010

Susurros de un gran río.





Salté de mi cómoda butaca de lectura,
arrojando al suelo lo fácil de mi vida,
pensando alguna aventura atrevida,
que me cautivara por su hermosura.

Viejas sensaciones ya en el olvido,
de hormigas corriendo por mis venas,
vuelven aleteando alegres y risueñas,
por enfrentarse a lo desconocido.

Riumar, destino de aguas verdes y oscuras,
que susurran al barquero y a su oído,
deja que cruce el frágil peregrino,
muestra tu grandiosa embocadura.



Traté de escuchar al río y sólo me habló de cosas que ya conocía.
Me habló de su serenidad alcanzada, de su armonía, su paz, su tranquilidad,
de que no siempre fue así, que de joven fue rebelde, inquieto, juguetón, apasionado, atormentado, lleno de ideas, amores, odios, sueños, anhelos, desilusiones.
Y ahora, a punto de fundirse con la eternidad, por fin comprendía, cuán simples y banales fueron todas sus preocupaciones, deseos y desvaríos.


viernes, 12 de marzo de 2010

El barquero



“Junto a este río deseo quedarme -pensó Siddharta-. Es el mismo por el que un amable barquero me condujo al camino de los humanos, de los niños. Me dirigiré a su vivienda. Desde su choza me encaminó entonces hacia una nueva vida, que ahora ya está vieja y muerta. ¡Que mi nuevo camino también empiece desde allí.
Observaba la corriente con cariño, su verde transparencia, sus ondas cristalinas, con dibujos llenos de misterio. Contempló las perlas claras que subían desde el fondo, las burbujas que flotaban en la superficie, el espejo del azul del cielo. El río también le miraba con sus mil ojos, verdes, blancos, ambarinos, celestes. ¡Cuánto amaba aquella corriente! ¡Cuántas cosas le agradecía! Desde el interior de su corazón escuchaba la voz que despertaba de nuevo y le decía:
¡Ama a este río! ¡Quédate con él! ¡Aprende de él!“


Fracmento del libro Siddharta de Hermann Hesse.



Aquel barquero era Vasudeva. Vivió toda su vida junto a aquel río. Aprendió a escuchar lo mucho que le susurraban aquellas aguas. El río le hablaba con su discurrir. Aquél, contenía todos los misterios y secretos de la humanidad. No hacía falta salir en su busca. Bastaba con quedarse allí, escuchando al río y a toda la gente a la que ayudaba a cruzarlo con su barca.

Tal vez nuestros oídos se hayan endurecido en estos últimos años.

Ya no comprendemos el idioma de los ríos en su discurrir.

Ya no somos capaces de percibir el estruendosa victoria de la luz sobre la oscuridad en cada nuevo amanecer.

No notamos el roce de la savia al circular en el interior de cada tronco, ni tan apenas, la poesía que nos ofrece el viento al peinarse a través de miles de hojas y ramas.

Me gustaría aprender a escuchar, como lo hacía aquel barquero.



jueves, 11 de marzo de 2010

Ahora recuerdo.


Ahora recuerdo.
¿Quién era aquel, que en mayo un buen día,
en mi despertó el placer de caminar,
creando la magia de saborear,
vistas y aromas que desconocía?

¿Quién era aquel que, a dos ruedas decía,
si cambias de trasto podrás dibujar,
quebrados senderos por donde bajar,
mientras todas sus puertas me abría?

¿Quién era aquel que, al alba conseguía,
sendas escarpadas sin riendas, domar,
de pisadas, sudor y esfuerzo, sembrar,
gozando los secretos que escondían?

Lamen sus heridas en agua de trigo,
ansiosos por compartir su libertad,
llevando deporte y respeto consigo.

Aventuras imploran, cual mendigo,
que humilde pide, limosna de amistad.
Ya recuerdo quienes eran: Mis amigos.

.
Que mil aventuras os continúen dorando la piel.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Entre tus brazos


Entre tus brazos

Sueña mi alma en ciertos momentos,
por sorber de cristalinas fuentes,
alejarse de ruidos pestilentes,
de prisas, mentiras y lamentos.

Busca, peinarse en pinos y viento,
empaparse de lluvia reluciente,
dorar su rostro alegre al sol naciente,
llenando los montes de sudor y aliento.

Henchida de aromas y respiros,
que perfuman piedras envejecidas
en sendas dibujadas a retazos.

Feliz y rota, regresa del retiro,
de placer colmada, mas dolorida,
sanando de amor, entre tus brazos.


 

Afortunado y hermoso es tener a alguien que te espera en casa,
a quien mostrar las serenas huellas que dejan en tu alma
mil aventuras.