miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Alguna misión que cumplir...?





Siempre supe que un día tendría una misión importante que cumplir en esta vida.

Desde hace unos meses, camino del trabajo, llevo atada a mi bici la negrura de la noche, como una reina mora que me sigue esposada y llora mojando su velo y la hierba a su paso, y parpadea clemencia por su cautiverio a miles de estrellas que se baten en retroceso sin hacerle caso y me mantiene despierto su aliento neutro de sabor a hielo, y trato con mi suave pedaleo, no herirla en las manos, la llevo suave, como colcha de seda deslizada en el lecho, hasta que tras ella, veo asomar una vergonzosa esperanza, sirena apoyada sobre un lago de plata que levanta su rosada mirada, esperando que con el susurro de mi neumático, se levanten del nido los pájaros, con el silbar de mil labios, abra las flores de los patios, con la paz de mi silencio, alimente un mundo no tan fiero, con el tesón de mis piernas, traiga la luz del nuevo día a mi encuentro.







Ante tamaña responsabilidad, me preparo diariamente por no fallar en mi empeño, a veces cabalgo pinares a lomos de pensamientos, o friego con interés de noche los platos, o nado de madrugada mil metros de esfuerzo, o trato de sentir la sístole acompasada de tres abrazos, o trepo con mis yemas las colinas del pueblo, o repaso la lección que mañana saldrá en el colegio, o pedaleo entre brisas que me agradecen y devuelven respeto, o leyendo poemas ... en los ojos que más quiero.

Me llena de orgullo y placer poder cumplir mi misión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario