miércoles, 4 de abril de 2012

Yo...



... que elijo ir por el medio,
y trato de no dejar huella,
yo que atravieso la brisa,
sin oponer resistencia.

Yo que aprendo de libros,
y me alejo de las colas,
yo que al silencio le pido,
y dejo que me hablen las olas.

Yo que no veo dioses, ni partidos,
ni por la izquierda, ni la derecha,
yo que no me importa cómo van vestidos,
y sólo busco personas, animales o cosas.

Yo que me muevo alegre en bicicleta,
y reciclo y subo las escaleras,
yo que pongo en duda los dogmas,

y me dejo llevar por las quimeras.


Yo que creía poseer el centro,
de la balanza que juzga y destierra,
yo que pensaba tener la sangre,
purificada por la ciencia.

Yo que hallo límites de funciones,
y coqueteo a la vez, con la poesía,
yo que entiendo en inglés, las canciones,
y repaso los irregulares con mi hijas.

Yo que poseía un corazón de atleta,
y esperaba escalar los noventa,
yo que pendía mi vida en gruesa cadena,
sin sentir el frágil vaivén de su seda.

Yo que no sabía de rimas ni leyendas,
más intuía algo enorme en la naturaleza,
capaz de partirnos de un golpe con su aleta,
y a veces, nos acaricia, ama y respeta.

Yo que creía ser mejor que la media,
y exigía con prisas respuestas,
yo que no entendía la forma,
de cómo el azar, o las bestias piensan,
o de quien, como yo a un insecto,
con indiferencia, tal vez me observa.











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